La vivienda se ubica en el límite del casco urbano, se cierra a la calle para abrirse a las vistas y al entorno. La propuesta se desarrolla en una única planta, que se quiebra para orientarse a las vistas y permitir el aprovechamiento máximo de una parcela muy reducida.
Los espacios de servicio y húmedos se ordenan hacia la fachada de la calle, mientras las estancias principales de la vivienda se orientan y vuelcan al paisaje. Las tres cajas de madera que configuran los ámbitos de las habitaciones se ubican bajo el volumen principal de la vivienda que alberga el estar.
La vivienda se ha realizado mediante un proceso industrializado de 2d de paneles de entramado de madera, los tiempos de montaje han sido de 5 días para el cerramiento completo. Además, se ha construido bajo estándares de passivhaus, realizándose un ensayo de estanqueidad mediante blower door para garantizar su hermeticidad. La vivienda además incorpora un sistema de renovación de aire controlado con recuperación de calor, que permite tener unos consumos muy reducidos de energía.